Hoy, millones de estudiantes en México iniciarán un nuevo ciclo escolar después de 17 meses en el que lo presencial no era una opción. Esa decisión ha sido dejada en manos de los padres de familia para que sean ellos los que decidan si quieren que sus hijos regresen o no, pero ¿cómo saber si estás tomando la decisión correcta?
El ser humano es social por naturaleza y el sentido común nos dice que los niños deben regresar a un entorno social, a convivir con otros, a aprender a vivir en sociedad. Las escuelas siempre han sido laboratorios para la vida donde los alumnos aprendían cosas valiosas como la convivencia, el trabajo en equipo, habilidades sociales, entre otras muchas cosas como las ciencias, la gramática, aprender a leer y escribir.
Las habilidades para la vida han cambiado y seguirán cambiando en los meses por venir y con ello deberían hacerlo también las escuelas; lo cierto es que ninguna de ellas está lista para lo que eso implicará. Los docentes buscan regresar a la normalidad, lo que ellos conocían como el deber ser de una escuela, y el lunes nos estaremos enfrentando a algo que poco tiene que ver con eso que recordamos. Las aulas hoy son el mismo espacio físico que abandonamos hace 17 meses, algunas ahora equipadas con más tecnología; pero los alumnos que regresan, ya no son los mismos, ya no aprenden igual y ciertamente buscan nuevas formas de aprender.
Los modelos que ahora se llaman híbridos son estructuras que cada colegio eligió según sus presupuestos, necesidades y formas de pensar; van desde alternar los días, hasta ir diario si elegiste un modelo presencial, o seguir en línea, ya sea uniéndose a la clase de los alumnos que están físicamente en el colegio o inclusive tener una o dos horas con el profesor y cantidades de actividades asignadas mientras el mismo profesor atiende a los que están físicamente en el plantel. El personal de los colegios ahora regresa con más obligaciones porque estará obligado a mayor número de guardias, más atención a la higiene individual de cada niño, atención específica al aspecto emocional, cargas de trabajo que se duplicaron y en muchos casos, sueldos que llevan hasta dos años congelados.
Dependerá de cada padre de familia analizar a detalle cuáles son sus necesidades como familia y según las características de sus hijos. ¿Será ahora la mejor opción educativa aquella que ofrezca grupos muy reducidos con atención verdaderamente individualizada? ¿Será el objetivo enviarlos a instituciones donde puedan socializar por sobre las demás necesidades? ¿Será el homeschooling la mejor opción en esta nueva época? Lo cierto es que los padres también estarán aprendiendo de estas nuevas modalidades y formas de trabajo y todos tendremos que ir creciendo y adaptándonos a los nuevos tiempos.
Hoy más que nunca el docente debe trabajar por pasión, por vocación y por la verdadera convicción de hacer un mundo mejor para cada una de las personas que nos ponen a cargo. A su vez, los padres deberán formar equipo con ellos para detectar las necesidades y habilidades de cada alumno para poder trabajar juntos en el desarrollo de las nuevas habilidades que esta generación requerirá para salir adelante y forjarse un futuro. Los docentes, los padres de familia y los alumnos deberán buscar el colegio que les dé seguridad, que haga equipo, que busque el bien individual de cada alumno y de cada persona para entonces poder caminar juntos paso a paso por una mejor sociedad y un mejor país.
Nemachtiani
30 de agosto de 2021
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